La serigrafía, una de las técnicas más tradicionales de estampado en la industria textil, está viviendo un nuevo capítulo. Frente al crecimiento de la impresión digital directa (DTG), la serigrafía sigue vigente gracias a su capacidad para ofrecer colores intensos, efectos táctiles únicos y una gran durabilidad. Pero para seguir siendo competitiva, el sector apuesta por tres pilares: tecnología híbrida, automatización e innovación sostenible.
De lo artesanal a lo digital: hacia modelos híbridos
La incorporación de unidades de inyección de tinta dentro de los sistemas de serigrafía está marcando una nueva era. Este modelo híbrido permite combinar lo mejor de ambos mundos: la personalización del digital con el impacto visual y la rentabilidad del serigrafiado tradicional.
Así, los talleres pueden adaptar cada diseño a pedidos específicos, añadiendo nombres, líneas o detalles personalizados, sin perder velocidad ni eficiencia.

El público actual busca prendas únicas, y la serigrafía responde a esa demanda. La tendencia hacia tiradas cortas, diseños personalizados y colores vibrantes se consolida, impulsada por la moda urbana y el e-commerce.
Las tintas especiales, desde las que brillan en la oscuridad hasta las texturizadas, ganan protagonismo, ofreciendo un diferencial visual y sensorial difícil de igualar.
Automatización e inteligencia artificial
El avance de la automatización y la IA también está transformando los talleres serigráficos. Las nuevas tecnologías permiten igualar colores con mayor precisión, anticipar fallas técnicas y asegurar resultados repetibles, reduciendo errores humanos.
Además, los sistemas eléctricos y la integración de software de gestión hacen posible flujo de trabajo más eficiente, ideal para responder a la creciente demanda de entregas rápidas y pedidos personalizados.
Sostenibilidad y eficiencia energética
La sostenibilidad ya no es una opción: es una exigencia del mercado. Por eso, la nueva generación de prensas consume menos energía y utiliza tintas al agua y libres de químicos nocivos.
También crece el uso de materiales reciclables para marcos y pantallas, junto con procesos que reducen el consumo de agua y energía. En paralelo, la serigrafía se alinea con la economía circular mediante el uso de textiles más sostenibles y trazables.

La serigrafía textil no desaparece: se transforma. Adaptar tecnologías digitales, optimizar los flujos de trabajo y mantener su identidad artesanal son las claves para sostener su protagonismo.
En la era de la personalización y la sustentabilidad, esta técnica demuestra que puede reinventarse sin perder su esencia.
Fuente: FESPA


















