La industria textil argentina atraviesa uno de sus momentos más complejos en medio del boom de importaciones puerta a puerta y el avance de plataformas de ultra fast fashion como Shein y Temu, que ya superan los 105 millones de usuarios en Latinoamérica. Ante este escenario, referentes del sector trabajan en un proyecto de ley que busca equilibrar la competencia y proteger a la producción local.
Caída de ventas y crisis en el sector
La situación golpea con fuerza al rubro textil-indumentaria, que lidera los índices de caída dentro de la industria nacional. Durante el segundo trimestre de 2025, la mitad de las empresas textiles registraron una baja en sus ventas, con una merma promedio del 7% respecto al mismo período del año anterior.
Si se amplía la mirada a los últimos dos años, el panorama es aún más grave: ocho de cada diez compañías redujeron sus ventas, con una caída acumulada del 28%, de acuerdo a datos de la Fundación Protejer.
A esta recesión se suman factores como el aumento de los costos en dólares y la apertura importadora, que alimentaron el crecimiento de las compras puerta a puerta en plataformas internacionales.
Condiciones anticompetitivas y precios irregulares
De acuerdo a consultoras privadas, en muchos casos los precios de las prendas que ofrecen estas plataformas se ubican incluso por debajo del costo de las materias primas, lo que plantea una conducta irregular y conlleva dudas sobre las condiciones laborales detrás de la producción.

Expertos advierten que, si bien los consumidores acceden a precios más bajos, el impacto negativo se refleja en la pérdida de empleo y en la pérdida de competitividad de la industria nacional.
Proyecto de “ley anti Shein”: el modelo francés como referencia
Frente a este escenario, empresarios textiles argentinos impulsan una “ley anti Shein” inspirada en la normativa aprobada en Francia en junio de este año.
La legislación francesa incluyó medidas como:
- Tasas ecológicas progresivas por prenda vendida por empresas de ultra fast fashion.
- Prohibición de la publicidad de moda ultrarrápida en medios y redes sociales.
- Sanciones económicas por incumplir normas ambientales.
En Argentina, el proyecto busca incorporar controles ambientales, certificados de origen, cambios en aranceles e impuestos, además de mayores exigencias regulatorias para el comercio electrónico transfronterizo.
Reacciones en la región
Varios países de Latinoamérica ya avanzaron con medidas concretas para contener el impacto del fast fashion. México, por ejemplo, aumentó los aranceles a pequeños paquetes del 19% al 33,5%, mientras que Ecuador comenzó a cobrar una tasa de u$s20 por envío desde junio.

En Chile, donde hasta ahora existía una exención del IVA, a partir de octubre las compras internacionales deberán tributar un 19% de impuesto. Uruguay y Colombia también anunciaron ajustes impositivos en esta línea.
Qué sucede en Argentina
Mientras tanto, el Gobierno nacional se mantiene en un camino de desregulación que genera tensiones con el sector industrial.
La Unión Industrial Argentina (UIA) y cámaras textiles advierten sobre el riesgo de profundizar la crisis, mientras que la llegada masiva de paquetes obliga incluso a ampliar la infraestructura: en Ezeiza, Aeropuertos Argentina tuvo que acelerar la construcción de un nuevo depósito para almacenar la creciente demanda.
Fuente: Ámbito