El sector textil argentino enfrenta uno de los momentos más delicados de los últimos años. Según los datos presentados en Pro Textil 2025, el tradicional encuentro organizado por la Fundación Pro Tejer, la combinación de menor consumo, atraso cambiario y récord de importaciones generó un fuerte impacto en la producción, el empleo y la rentabilidad de las empresas del rubro.
El evento, realizado en el Teatro Municipal Roma de Avellaneda, reunió a empresarios, trabajadores, economistas y referentes del sector, quienes analizaron los desafíos actuales y el futuro de la cadena de valor textil e indumentaria.
Qué dice el informe que analiza al sector textil
El informe de la fundación reveló que entre diciembre de 2023 y junio de 2025 cerraron 380 empresas y se perdieron 11.500 puestos de trabajo registrados, principalmente en firmas medianas y talleres familiares vinculados a la confección y el calzado.
La producción de textiles y prendas de vestir se contrajo 14,5% interanual, y la utilización de la capacidad instalada se ubica en niveles mínimos históricos. Desde Pro Tejer señalaron que el consumo interno continúa deprimido, mientras que los precios locales no logran acompañar el incremento de los costos en dólares.

Otro de los puntos destacados del informe fue el fuerte crecimiento de las importaciones: durante los primeros ocho meses de 2025 aumentaron 32% interanual, alcanzando un volumen récord en textiles y prendas terminadas.
Los precios promedio por kilo se ubicaron en su nivel más bajo desde 2015, lo que generó una fuerte competencia para la industria local. Además, se detectó un aumento del 38% en la cantidad de nuevos importadores, con más de 14.000 CUITs habilitados para operar.
Un panorama complejo para la industria
De acuerdo con la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA), la actividad del sector cayó 10,1% interanual en julio, mientras que la industria general lo hizo apenas 1,1%. En tanto, los precios textiles se ubicaron por debajo de la inflación general, reflejando una pérdida de rentabilidad.

El primer trimestre de 2025 cerró con 98.153 trabajadores formales, unos 4.400 menos que el año anterior. Desde FITA remarcaron la preocupación por el impacto regional de la crisis, dado que la industria textil es una de las principales fuentes de empleo industrial en muchas provincias.
Pese al contexto adverso, desde el sector coinciden en la necesidad de sostener la producción nacional y recuperar el consumo interno. Los empresarios remarcan que la industria textil argentina cuenta con la capacidad y el conocimiento para reactivarse si se logra establecer un marco de estabilidad y reglas claras que promuevan la competitividad sin resignar empleo.



















