La publicidad textil sorprendió en las calles del Reino Unido con una campaña diferente y llamativa: la película The Thursday Murder Club, producida por Netflix, eligió el tejido 100% artesanal como recurso creativo para promocionar su estreno.
En lugar de recurrir a carteles tradicionales, la acción apostó por confeccionar piezas tejidas a mano que recrean escenas vinculadas a la trama, como una porción de torta y tipografías bordadas en gran escala. Estas instalaciones fueron colocadas en espacios públicos de alto tránsito, como estaciones y buzones de correo, convirtiéndose rápidamente en material “instagrameable” para los peatones.
El textil como protagonista de la publicidad
La campaña, desarrollada por una agencia británica, apostó al concepto “Don’t get too cosy” (“No te pongas demasiado cómodo”), llevando el llamado “cosy crime” al plano visual con un soporte inesperado: el tejido. Esta técnica artesanal, asociada al confort y la calidez, fue transformada en un medio para generar impacto visual y captar la atención de audiencias diversas.

Se trata de un ejemplo de cómo los oficios textiles pueden traspasar el mundo de la moda y el diseño para integrarse en nuevas estrategias de comunicación, sumando valor desde lo artesanal y lo creativo.
Una oportunidad para el sector textil
La acción no solo atrajo miradas en Reino Unido, sino que también abre un debate interesante para la industria textil: cómo las técnicas manuales, tradicionales y artesanales pueden convertirse en herramientas de marketing innovadoras. Este tipo de campañas conecta lo visual con lo táctil, aporta autenticidad en tiempos de exceso digital y revaloriza el trabajo artesanal en un escenario global.





El caso de The Thursday Murder Club muestra que el textil puede ser mucho más que indumentaria o decoración: también puede ser un puente entre la industria cultural y el público, aportando originalidad y recordación en un mercado altamente competitivo.